Joan Miró también pintó Prades

Joan Miró también pintó Prades

Bien es sabido que Cataluña es y ha sido una gran fuente de inspiración para numerosos artistas a lo largo de la historia. Su riqueza paisajística y cultural ha hecho que pintores, poetas, arquitectos, y músicos hayan encontrado su propio lugar.

Las tierras tarraconenses también han sido escenario de inspiración para varios artistas que han forjado parte de sus etapas artísticas y personales. Un paisaje de genios tan destacados como Picasso, Casals, Miró, Gaudí, Mir… Cada cual destinado a un paisaje. O cada paisaje destinado a un genio.

Joan Miró tuvo un estrecho vínculo con la población de Mont-roig, lugar que inmortalizó en numerosos cuadros. Desde la primavera del 1911, un joven Miró de tan solo 18 años se traslada a la masía que sus padres habían acabado de comprar, para pasar el verano. El Mas Miró, se convertiría en su refugio físico y emocional, al que volvería todos los veranos hasta pocos años antes de su muerte. El paisaje de Mont-roig se convirtió en una auténtica revelación para el pintor, el cual inició una etapa de investigación de un estilo propio, impregnado de las nuevas vanguardias que estaban surgiendo, como el fauvismo y el cubismo.

Pero Mont-roig no fue el único paisaje de Tarragona que pintó Miró. Incluso antes de que la família adquiriera la masía, Miró ya pisó estas tierras en 1906, concretamente las de Cornudella del Montsant, Porrera, Albarca, Ulldemolins y Prades. ¿Qué lo llevaba a estas poblaciones? Su abuelo: El abuelo, Joan Miró Pellejà, era natural de Cornudella, donde vivía y trabajaba como herrero. El joven Joan, con 13 años,  pasó un tiempo con su abuelo en Cornudella. El tren lo llevó hasta Reus y de allí debía de emprender el trayecto hasta Cornudella en servicio de carruaje. Entonces Cornudella contaba con poco más de 2.000 habitantes y con una población decreciente, como todas las de la zona en aquellos momentos. Eran tiempos difíciles en el campo, puesto que hacía pocos años la filoxera arrasó con los abundantes campos de viñas del Priorat y de las Montañas de Prades.

Aquel verano de 1906 Miró ya plasmó estas poblaciones en una serie de dibujos, como por ejemplo tres de ellos de la villa de Prades:

Prades, iglesia
Prades, calle del pueblo
Prades, pueblo

En Cornudella volvió los veranos de los siguientes dos años, también en 1917 y 1924. En la primavera de 1917 también aprovechó para pintar otros pueblos de alrededor, como Siurana. En una carta que escribió a su amigo Enric C. Ricart en agosto de aquel mismo año describe:

«La vida solitaria en Siurana, el primitivismo de aquella gente admirable, mi trabajo intensísimo, y sobre todo  mi recogimiento espiritual… me han recluido en mi interior a Dioses, a los Árboles, a las Montañas y a la Amistad. Un primitivo como el de aquella gente de Siurana… La bicicleta hace algún tiempo que reposa, pues en Siurana y en Prades solo se puede ir con aeroplano (sin encontrar donde aterrizar) y a caballo de un burro.»

Aquel 1917 pintó hasta 8 cuadros de Siurana y 2 de Prades, aunque estos dos los dejó a medias porque en agosto, Miró (que hacía el servicio militar desde 1915 en periodos de 3 meses al año) fue requerido puntualmente para sofocar las rebeliones que tuvieron lugar en Sabadell durante las huelgas revolucionarias. Esos dos cuadros eran Calle de Prades y Prades, el pueblo, este último, expuesto al Museo Guggenheim de Nueva York.

Ya de vuelta a finales de agosto, el genial artista pudo acabar aquellos dos cuadros.

Prades, el pueblo
Prades, una calle

 

Mª Carmen Granados. Guía Oficial de Turismo de Cataluña y licenciada en Historia del Arte.

 

Fernández, Alex (2015) La Masía. Un Miró para Mrs Hemingway. Publicacions de la Universitat de València.

MASSOT, Josep (2018). Joan Miró el nen que parlava amb els arbres. Galàxia Gutenberg.

ROM, Martí (2012). Joan Miró i Mont-roig: pal de ballarí. Tarragona:  Arola Editors.

ROM, Martí (2018) “Joan Miró Cornudella i la nissaga Miró”. A Ressó Mont-rogenc.

ROM, Martí (2015): “Joan Miró pels pobles del Priorat i del Baix Camp”. A Ressó Mont-rogenc.